Sociedad

FAHRENHEIT CRIOLLO

Por el 07/09/2020

¡Ay mi amor! Cuantas cosas maravillosas que están pasando en el país estos últimos días, es como si la dialéctica filosófica de Alfredo Casero se hubiera expandido como un virus e infectado a los argentinos de bien para que sigan luchando contra la opresión de un gobierno títere.

En cada marcha que hacemos pidiendo, exigiendo, el fin de la infectadura y del terror sanitario nos encontramos con nueva información que el gobierno nos quiere ocultar.

Gracias a los patriotas libertarios nos enteramos que el virus fue desarrollado por La Cámpora con intervención de los servicios secretos chinos para poder controlarnos e inyectarnos una vacuna hecha con bebés abortados que va a tener un chip con el que nos van a lavar el cerebro y así poder instalar el nuevo orden mundial, donde nos convertiríamos en Venezuela y de paso nos afilian al partido comunista.

Para el Nacho, mi marido peronista, somos unos gorilas anticuarentena que no pensamos en los demás. Según él, todos nos vamos a cagar contagiando de coronavirus y a saturar el servicio sanitario.

-Sos un hipócrita Nacho. Te llenás la boca hablando de lo que nosotros hacemos pero de la opereta barata que hicieron, mandando a dos afiliados de La Cámpora a quemar barbijos no decís nada.

-No seas boluda vieja, la opereta la armaron ustedes, se le veían los hilos de todos lados.

-Claro nosotros somos unos boludos armadores de operetas, pero ustedes son unos antidemocráticos de mierda. Si quemamos barbijos se quejan, si quemamos libros se quejan. ¡Déjennos quemar algo por el amor de Dios!

-Mirá Nancy, vos hacé lo que quieras y pensá lo que quieras pero cuando me vengas con fiebre o me digas que perdiste el olfato yo te meto en el Borda.

Con la Thelma estuvimos pensando en todo lo que está pasando y llegamos a la conclusión de que el presidente debería pedirle consejos a Bolsonaro, Piñera o Trump. La cuarentena que ellos llevan adelante es muy parecida a la que queremos nosotros.

Una cuarentena donde podamos salir a los bares de Palermo, donde podamos hacer running y podamos protestar porque se meten con Vincentín, con la Justicia y con los ricos de nuestro país. “¡Todos podemos ser Paolo Rocca!”

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