TODAS SOMOS NICOLE
¡Por favor mi amor, por favor! Esta infectadura nos pasa factura a todos, estamos cansados de estar encerrados, de no poder marchar libremente, de no poder ir a los centros comerciales y de no poder viajar al exterior. Pero dentro de todo lo malo, al menos no estamos viviendo el infierno que está pasando Nicole Neumann por culpa de su empleada.
Casi yo vivo una situación igual porque cuando la Organización Mundial de la Salud dijo que lo del coronavirus era una pandemia mundial, yo le dije al Nacho que si la empleada quería seguir cobrando se tenía que quedar en casa y no salir a ningún lado. Se le iba a permitir salir al mercado a hacer las compras y nada más, y si por esas cosas me enteraba que había hablado con alguien en el camino o alzado la mirada para contestar la ponía de patitas en la calle.
Obviamente el Nacho se opuso a mis modestos requerimientos diciéndome que a la compañera había que tratarla como lo que era, un ser humano. Y que si iba a seguir trabajando durante la cuarentena era nuestra obligación proveerle todo lo necesario para preservar su salud, y que además no podíamos prohibirle ver a su familia.
¡Otra vez el Nacho llevandome la contra! Estaba jugando a la ruleta rusa con mi salud y no se lo iba a permitir, tuve que ponerme firme y plantarme en mi posición porque él seguía insitiendo en que al menos le compráramos un traje de protección biológica para que no se enferme. A lo que nos ha llevado 12 años de dictadura K, darle derechos a la mucama, cuidarla como si fuera de la familia y, encima de pagarle, hay que tenerla en blanco.
Esto que le pasó a Nikita, como le dice Felicitas Beccar Varela, no hace más que confirmar que el “KOVID-19” es un virus importado por La Cámpora desde China para infectar a todos los que no comparten la visión K del mundo. Bolsonaro, Maru Vidal y muchos de los patriotas anti-infectadura que marcharon pidiendo la vuelta de la libertad son algunos de los ejemplos que ponemos a disposición de la Curia Romana para que esto se sepa en el mundo.