#DIEGOETERNO
Hola soy el Nacho, quizás muchos me conozcan como el marido peronista-kirchnerista-chavista-mapuchista-iraní-ruso de la Nancy. Quiero aprovechar que tanto ella como la Thelma están distraídas, buscando la forma de poner a Macri otra vez como presidente, para escribir esto. Creen que si Alberto se descuida por un segundo pueden volver a sentar al domador de resposeras en el sillón de Rivadavia (que es de Avellaneda).
Este 2020 nos ha golpeado en más de una manera y cuando creíamos que ya estaba, que el año se iba a terminar así, el destino nos sorprende con la guardia baja y nos apuñala en el centro del corazón. El Diego se nos fue y se volvió eterno, más todavía.
Sería imposible tratar de medir la cantidad de lágrimas que hemos derramado en estos días, y las que faltan todavía. Por ahí escuché algo que me gustó mucho: “Maradona fue el más humano de los Dioses”. Y siento que en esa frase está resumido lo que fue, es y seguirá siendo el Diego para todos. Se equivocó y pagó, pero la pelota no se mancha y cuando la tuvo a sus pies nos hizo felices a todos. ¿Alguna vez nos pidió algo a cambio? Jamás.
Tratar de definirlo en pocas palabras es algo imposible, pero quizás si tomamos un momento de su carrera vamos a encontrar la punta del iceberg. El lugar es el Estadio Azteca en México, el año 1986 y el rival fue Inglaterra. Cuatro años antes nos habían arrebatado las Malvinas y el Diego usó todas sus mañas como futbolista y argentino para dejarlos culo pa’rriba frente al mundo entero.
Primero fue la mano de Dios, una “avivada” criolla para dejar sin chances a un Peter Shilton que salió a cazar pajaritos, y que al día de hoy todavía sufre y reniega. Como dicen en el barrio “todavía le duele el cu..lo”. Pero faltaba lo mejor, a los 55 minutos Hector Adolfo Enrique, le da un pase en la mitad de la cancha y Diego hace lo que venía haciendo desde que jugaba en el potrero de Villa Fiorito. Domina la pelota, la pisa, encara, acelera, deja 4 ingleses en el camino y cuando lo ve a Shilton, sigue el consejo que su hermano Hugo le dio 5 años antes, y lo gambetea. Gol. Golazo. Barrilete Cósmico. Gloria Eterna. Humillación inglesa. Genio y figura, inocente y pícaro, amo y señor, angel y demonio.
Quizás lo mejor sea dejar todo acá y cerrar antes de que la Nancy me vea y se me pudra todo, igual las lágrimas no me dejan seguir escribiendo, se me nubla la vista. Pero antes quiero dejar esta frase del Negro Fontanarrosa que ilustra de manera excelente lo que todos sentimos: “Qué me importa lo que Diego hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía” .
