RUSSKAYA VAKTSINA
¡O, lyubov’ moya, pozhaluysta! Ya está negro, ya está, lo poco de argentinos que nos quedaba disponible el presidente acaba de venderlo por un par de vacunas. Según lo que dijo hace un rato, le van a comprar a Rusia 25 millones de dosis que van a llegar entre diciembre y febrero.
La pregunta que se nos viene a la mente es ¿cómo hicieron los rusos para tener una vacuna tan pronto? Y la respuesta que se nos ocurre a nosotras, a Donald Trump, Bolsonaro, Leuco y Majul es que los rusos tienen algo que ver con el virus. Sino no hay caso. Para el presidente está bien esto, quizás su brújula moral no es tan fuerte como la nuestra.
Según Alberto Fernández se podría vacunar a la mitad de la población, seguramente es la mitad que no lo votó. Porque como ya hemos dicho repetidas veces, la vacuna es un arma de control mental masiva, de hecho su nombre Sputnik V significa «te vamos a lavar el cerebro para que sigas las doctrinas de Lenin, Stalin, el Ruso Verea, Miguel Angel Russo, el camarada Perón y la camarada Cristina».
Con la Thelma creemos que el gobierno va a aprovechar este «acercamiento estrategico» con los rusos para eliminar de una vez el uso del dólar en el país, porque directamente vamos a empezar a usar rublos. Y también estamos convencidas que en el corto plazo vamos a empezar a notar una actitud pro rusa en nuestro país. Seguramente lo que primero va a cambiar son los nombres de las provincias, por ejemplo Santa Fé pasará a llamarse «Unión de Repúblicas Socialistas Santafesinas».
Y como si todo esto no fuera ya demasiado, la vacuna rusa no va a ser fabricada por los rusos, sino que la manufactura va a depender de la India, Corea del Sur y (¡sorpresa!) China.
Este es el momento en que Mauricio tiene que dejar la reposera por un rato, salir a defender la Patria y no permitir que nos vendan a los Rusos sin, al menos, una licitación como las que él sabe hacer.