EL DÍA DESPUÉS
¡Ay mi amor! Que hermosa marcha que vivimos, llena de libertad, de republicanismo, de constitucionalismo y con gente derecha como Brandoni, Lombardi y Pato Bulrrich.
Pero por supuesto cuando llegué mi felicidad se vió doblegada y destruida por el Nacho, mi marido peronista. Que sigue sin entender que nuestra lucha por la libertad va mucho más allá que una simple protesta. Luchamos para salir a las calles, para poder trabajar, para que se den cuenta que nosotros ya nos dimos cuenta que hacen todo esto para robarse el país, luchamos para que Viviana Canosa pueda tomarse todo los litros que quiera de dióxido de cloro y glifosato sin que nadie condene si actitud de irresponsable.
Según él, nosotros sólo queremos desestabilizar al presidente porque somos fachos y oligarcas que no pensamos en el daño que estamos generando al salir a las calles. Tampoco somos tan inconscientes, hicimos corralitos con los flota-flota para que haya dos metros de separación entre cada uno, si eso no es pensar en los demás no sé qué será entonces.
Claramente el Nacho tiene una visión sesgada de la situación, él insiste que está bien que los rusos y los chinos desarrollen una vacuna y que la ofrezcan al mundo. No dice nada sobre el chip que nos van a implantar y mucho menos sobre los bebés abortados que van a contener. Nosotros sabemos que vamos por el buen camino porque Mauricio se sintió orgulloso de lo que hicimos y nos alentó a continuar luchando por la libertad.
