¡AH, PERO MACRI…!
¡Por favor mi amor, por favor! ¿Hasta cuando vamos a seguir permitiendo que se avasallen nuestros derechos, que se roben nuestra libertad, que nos acusen falsamente de hacer cosas que jamás hicimos, hasta cuando?
Resulta que desde hace un tiempo para acá todo lo que pasa en el país es culpa de Mauricio. Si el dólar sube Ah, pero Macri, si la inflación sube Ah, pero Macri, si el presidente hace una joda en plena cuarentena y se jode en todos Ah, pero Macri, si descuben una cuenta secreta en las Islas Caimán, Panamá, Suiza o Marte Ah, Pero Macri. Algunas cosas las podemos aguantar, otras no.
Pero la gota que rebalsó el vaso es la falsa acusación de que Mauricio atenta contra la libertad de expresión, es algo de locos. Con la Thelma nos quedamos boquiabiertas cuando lo escuchamos al Nacho, mi marido peroniste, decir eso. Obviamente que viniendo de la boca de un peronista anti-macrista se puede esperar cualquier cosa, pero esto ya es el colmo.
Chicos, Mauricio tiene un canal de televisión, atacar la libertad de expresión sería como pegarse un tiro en el pie. Las explicaciones que dio en Twitter son más que sufincientes para nosotras, pero como seguro que hay gente desconfiada por acá, nosotras le vamos a dar la versión larga de lo que pasó.
Mauri se bajó del auto asustado, temeroso de la arbritaria decisión que el juez podía tomar. Con un esfuerzo muy grande trató de disimular el julepe que tenía y cuando alzó su mano para saludar a la cantidad de gente que lo fue a a compañar, se encontró de golpe con un objeto que venía hacia su rostro de forma amenazante. Como cualquier persona con dos dedos de frente y varias cuentas en Panamá, inmovilizó el proyectil con un ágil movimiento de manos y lo arrojó al piso para que no pudiera causar más daño del que ya había hecho. Eso fue todo, nada tan grave.
Pero claro, ahora salen todos los negros a acusarlo de atacar a los medios de comunicación, nada más lejano a la realidad. Yo quisiera que todas las personas que ahora salieron a defender ese micrófono digan dónde estaban cuando a Mercedes Ninci la tiraron al piso para patearla, escupirla, embarazarla y robarle la poca dignidad que le quedaba.
Gracias a Dios que Mauricio nos tiene a nosotras y a millones de argentinos que creen su palabra, y que saben que él no es culpable de nada. Lo único que podemos reprocharle es que haya sido un presidente tan maravilloso.
